-
Arquitectos: LIQE arquitectura
- Área: 282 m²
- Año: 2020
-
Fotografías:Roi Alonso
-
Proveedores: Ceranor, Cimentaciones Iberoamericanas, Cortizo, Jung GmbH and Co., Saint-Gobain Placo Ibérica
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Construir el paisaje no solamente consiste en el tratamiento del espacio público, sino que, por el contrario, es el conjunto de lo edificado, de lo privado, lo que otorga la imagen en el ámbito rural al territorio. Nuestro entorno inmediato ha sido tan transformado que estamos acostumbrados a encontrarnos casi de todo en nuestros núcleos rurales, de modo que construir una pieza nueva en un entorno de este tipo consiste en todo un reto.
A la hora de enfrentarse al reto de realizar una vivienda unifamiliar siempre nos encontramos con la dicotomía entre un posicionamiento integrado en el terreno y el paisaje, o la búsqueda del protagonismo del conjunto.
En este caso queremos fijar la atención en este tipo de construcciones sensibles con el entorno, donde no se pretende realzarse sobre el mismo, sino que se propone ubicar una pieza más en un puzle que comienza a estar más que lleno y que apenas permite encajar nuevas piezas. De tal forma, la sensibilidad del proyectista para realizar una lectura comprensiva del territorio hará que la edificación se integre en el territorio y el entorno o, por el contrario, se convierta en la pieza que no encaja.
La vivienda se asienta sobre la naturaleza con una tranquilidad suave y sencilla; una volumetría adaptada a la propia pendiente, permite la generación de una cubierta inclinada que se convierte en uno de los protagonistas externos del conjunto, de modo que la lectura del volumen nos permite configurar mentalmente el funcionamiento interno de la vivienda a la vez que resuelve la integración volumétrica.
La integración material se realiza mediante la utilización de madera en fachada y cubierta metálica, dotando de una imagen actual a la vivienda, a la vez que la integra en el lugar y entre las edificaciones del entorno. No se trata de ser protagonista de la escena, sino que la intención es generar paisaje, entorno, territorio.
La vivienda resuelve el programa principal en una única planta que se apoya en un plinto de piedra que resuelve el desnivel del terreno creando un acceso al garaje y a la vez un jardín que goce de sol durante todo el día y se vincule a los espacios de vida de la vivienda.
La volumetría se resuelve mediante un juego de cubiertas que, en sus quiebros, además de integrar la vivienda en el paisaje, acoge un espacio de juegos y salida a un balcón superior, y fuerza además la consecución de una pendiente adecuada para la futura instalación de paneles solares fotovoltaicos.
Interiormente, la escalera de comunicación entre los tres niveles sirve de separación entre las zonas de noche y de día. El salón comedor y la cocina se sitúan al oeste, vinculados a las vistas, y con acceso directo al jardín a través del porche que sirve de remate de la cubierta a la vez que concede privacidad al interior. Los dormitorios y áreas de servicios se organizan alrededor de un distribuidor que, en su dimensión, servirá como zona de juegos, estudio, y filtro previo a los mismos.